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miércoles, 1 de marzo de 2017

Cuento de carnaval

Era tan solo un sábado más o eso creía aunque la diferencia era que íbamos disfrazados o eso pensaba. La noche trascurrió normal o por lo menos eso parecía. Salimos a eso de la una, todas vestidas de Minnie en dirección a la discoteca más cercana a casa.
Al entrar nos costó distinguir a nuestros amigos entre aquella explosión de colores y los diferentes disfraces. Nos dio tiempo a tomarnos a penas dos copas ya que tres chicos disfrazados de Superman no paraban de pedirnos nuestros números de teléfono a mi amiga y a mí, fueron tan pesados que decidimos irnos a otra discoteca de las afueras a pesar de que tendríamos que pagar un taxi hasta el centro. 

Estabamos pasando un rato agradable; buena música, ambientazo, 2x1 en copas... ¿Qué más se podía pedir? La sonrisa se nos borró de la cara al ver aparecer de nuevo a los tres chicos de la anterior discoteca, estaban cerca nuestra baboseando como perros. Comenzamos a sentirnos observadas y nos cortaron el rollo. Los chicos de nuestro grupo estaban pensando en hablar con ellos pero para entonces ya habrían desaparecido. Bailamos seis canciones más cuando pusieron la famosa Fiesta Pagana, todo el mundo se vino arriba y mis pelos de tanto bailar también. Fui al baño con mi amiga Paola y para nuestra sorpresa nos estaban esperando los tres chicos al entrar. Nos persiguieron tapándonos la boca para impedir que gritáramos, nos tocaron desde la cabeza hasta los pies y el resto me lo ahorro por que fue el peor trago de la noche y mira que el camarero se pasó con el vodka. 

Llegó el portero al escuchar los golpes que estábamos dando en la puerta como podíamos y los tres salieron corriendo. Explicamos lo sucedido a nuestros amigos y nos llevaron a casa aunque mejor hubiese sido quedarme con ellos por que me apoyaron más que mi familia. 
Tras la violación me sentía sucia y culpable pero el sentimiento de culpabilidad aumentó en mí cuando mi padre me dijo que yo era la responsable por el vestido tan corto o por haber bebido o simplemente por el hecho de ser mujer ya que si hubiese nacido niño nada de esto hubiese pasado. 

Que triste que a veces los cuentos se hagan realidad y que las fiestas sean motivos de abuso. 

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